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29 septiembre, 2024

El 75º aniversario de la fundación de la R. P. China. Testigo privilegiado de su historia

 El 1º de Octubre se cumple el 75º aniversario de la fundación de la República Popular China. Dentro de unos meses, pero ya en 2025, podré celebrar los 50 años desde mi llegada al país.

El próximo año será muy importante para mí, no sólo por ese medio siglo de relación con China, sino porque llegaré a mi edad de jubilación.

Para entonces podré decir que tuve el privilegio de haber sido testigo directo de más de las dos terceras partes de la historia de la República Popular.

Desde la China del Presidente Mao he podido ver los cambios y el desarrollo experimentado hasta la actual China bajo la dirección del Presidente Xi Jinping.

Mientras voy preparando ese aniversario, comienzo hoy compartiendo el artículo publicado por "China Hoy", a la cual agradezco sinceramente.

Espero que sea de interés para los lectores de estas reflexiones cada vez más "orientales", en el doble sentido que le doy a la palabra.

El artículo se puede leer aquí

@PabloRovetta

24 septiembre, 2021

"Los años setenta en China" ya está disponible en todo el mundo

En noviembre del año pasado, cuando anunciaba la publicación de "Los años setenta en China-Recuerdos de un oriental en Oriente" empezaba diciendo "después de cuarenta y cinco años, ya está aquí".

El libro había salido auto-editado después de varios esfuerzos infructuosos por conseguir una editorial para publicarlo. Y lamentablemente la experiencia no fue nada buena. El libro no llegó a estar físicamente en las librerías de España, y mucho menos en otros lugares del mundo.

31 octubre, 2020

Después de casi medio siglo ya está listo "Los años setenta en China"

 "El avión de Swissair, casi vacío, aterrizó la noche del siete de julio de 1975 en el aeropuerto ´La Capital´de Pekin. Cuando salí para bajar la escalerilla, me golpeó una ola de calor húmero mientras, en medio de una mansa llovizna, un retrato de Mao Zedong me miraba como dándome la bienvenida a la República Popular China".

Han pasado ya más de cuarenta y cinco años de eso, de esa relación directa con China, que en la práctica ya había comenzado años atrás, cuando en mi niñez y juventud acompañaba a mi padre a su librería "Nativa Libros" de Montevideo.



20 diciembre, 2019

Con la apertura de un Consulado en Chongqing, Uruguay se sitúa a la vanguardia de América Latina y del idioma español en el Oeste de China

Días atrás, en estas Reflexiones Orientales, reflexionaba sobre algunos aspectos del pasado y presente de las relaciones entre Uruguay y China, lo que yo llamo "mis dos Orientes". 

Dichas reflexiones pueden leerse pinchando aquí. Allí me refería en la primera frase al anuncio oficial de la apertura de un Consulado uruguayo en la Municipalidad de Chongqing. Veo ahora con alegría que dicho Consulado ya ha sido inaugurado oficialmente el pasado viernes 20 de Diciembre.


Inauguración del Consulado de Uruguay en Chongqing (Foto de 重庆发布)

15 noviembre, 2019

Réquiem por el fútbol chino

Los seguidores de estas Reflexiones Orientales saben que no es la primera vez, ni será la última, que escriba sobre un tema tan apasionante para los uruguayos como es el fútbol.

Por eso pido perdón si repito alguno de los argumentos que ya utilicé en anteriores entradas.

Mi reflexión de hoy tiene relación con la reciente derrota de la selección china de fútbol ante Siria, tras un empate con Filipinas, que prácticamente la deja sin opciones para el próximo mundial de Qatar. 

17 junio, 2018

Mundial Rusia 2018: demografía, riqueza y tradición. El caso de China

Los seguidores de estas "Reflexiones Orientales" saben que he escrito más de una vez sobre fútbol, y en concreto sobre el tema de China.

Al final del artículo incluyo los enlaces de algunas de las entradas escritas.

Esta vez, y en relación con el Mundial de Rusia que se está desarrollando en estos momentos, me gustaría actualizar, y en algunos casos repetir algunas de las reflexiones hechas.

13 octubre, 2016

El fútbol chino, de derrota en derrota

Hace casi un año atrás escribía en estas Reflexiones Orientales "Una decepción para el fútbol chino"( Ver artículo pinchando aquí.)

En abril de este año, el gobierno chino, bajo la dirección de Xi Jinping, considerado un gran aficionado al fútbol, fijó un ambicioso plan para convertir a China en una "superpotencia mundial de fútbol" para el año 2050. 

19 noviembre, 2015

Una nueva decepción para el fútbol chino

La selección nacional de fútbol de China no pudo esta semana pasar de un empate ante el combinado de Hong Kong y se complicó su posible participación en la Copa del Mundo del 2018 en Rusia.

Ahora, al equipo nacional chino -dirigido por el francés Alain Perrin- le quedan dos partidos por jugar, pero no depende de sí mismo sino del resultado de otros para ver si puede clasificarse.

12 febrero, 2015

China: fútbol, dinero y tradiciones


Los recientes movimientos de la empresa china Wanda, comprando el 20 % del Atlético de Madrid y adquiriendo cerca del 70 % de las acciones de Infront –la empresa suiza dedicada a la distribución de los derechos de transmisión de la Copa del Mundo de fútbol- han vuelto a poner de relieve el extremo interés de la República Popular por mejorar su posición en el mapa futbolístico mundial.

Desde hace décadas la creciente pasión y el entusiasmo por el fútbol en China es directamente proporcional a la frustración y rabia de la población del país por no tener a su selección nacional entre las mejores del mundo.

Ese deseo de mejorar la posición del fútbol chino en el mundo existe de forma generalizada desde el ciudadano de la calle hasta el mismo Presidente de la República. En efecto Xi Jinping tiene entre sus metas del “sueño chino” el conseguir que la República Popular se clasifique para un Mundial, que pueda organizar un Mundial y, por último, que pueda ganarlo.

Para ello, desde hace ya muchos años, las autoridades, organismos oficiales y empresas del país han destinado no pocos recursos, enviando a niños al exterior, contratando a entrenadores y jugadores extranjeros para jugar en su país, o llegando a acuerdos con clubes de fama mundial para la creación de escuelas de fútbol.

Dos elementos rodean este tema: el demográfico y el político-económico. Siendo el país más poblado de la tierra, en China no se entiende cómo entre tantos millones de habitantes no son capaces de encontrar once buenos jugadores de fútbol. Al mismo tiempo, a medida que crece el poderío político y económico de la República Popular en el mundo, se considera “lógico” que el país deba figurar entre las primeras potencias del llamado deporte-rey.

Desde hace ya casi cuarenta años no dejo de escuchar en China la pregunta de cómo un país como Uruguay, con una población más pequeña que la de un barrio de Beijing, haya sido tantas veces campeón del mundo, esté en los primeros lugares del ranking mundial de la FIFA y aporte tanto jugadores al fútbol profesional de primer nivel en Europa.

Algo parecido lo vemos en el caso de los países ricos del mundo árabe y del Golfo, donde existe una gran afición por el fútbol y donde se invierten millones de petrodólares en el sector.

No soy un experto en fútbol, pero como dice Eduardo Galeano que “los uruguayos nacemos gritando gol”, y “no hay ningún uruguayo que no se considere doctor en tácticas y estrategias del fútbol” (*) me permito estas reflexiones sobre el fútbol chino y sus deseos de grandeza.

Es verdad que el fútbol de ahora se ha convertido en un gran negocio que mueve millones, y que prácticamente todo –pero no todo- gira en el fútbol alrededor del dinero. Por suerte, hay algo que se llama tradición, historia, “picaresca”, “garra” y que todo el dinero del mundo no puede comprar.

Si me permiten la comparación, es como la música o la gastronomía, por citar algunos ejemplos. El mejor tango lo tenemos en el Rio de la Plata, maestros como Paco de Lucía nacen y se crían en Andalucía, las mejores paellas se comen en el mediterráneo español, y los mejores patos de Pekín o dim-sun los tenemos en China.

Gracias a esa tradición, a ese verdadero fervor por el fútbol, niños y jóvenes de países pequeños y en algunos casos pobres, que juegan todos los días en las calles, en las playas, muchas veces descalzos y otras “por el amor a la camiseta” sin recibir nada a cambio, es que países como Uruguay, gran parte de América Latina, África y parte de la Europa menos rica –Italia, España, Portugal- son capaces de generar estrellas y estar a la cabeza del fútbol mundial.

Ojalá que China pueda progresar en el mundo del fútbol y que alguna vez yo pueda ver en las calles y parques de Beijing y otras ciudades del país, a niños jugando al fútbol –entre ellos, con sus padres- cosa que hasta ahora no he visto.


Mientras tanto, y a pesar de todo el dinero que se mueve, el "arte" del fútbol creo y espero que siga manteniendo un poco de tradición, que permita hacer soñar a los "chicos", que haga ilusionar, y que produzca "milagros" como por ejemplo el de Costa Rica en el último Mundial.

(*) Eduardo Galeano. "El fútbol a sol y sombra". Siglo XXI

14 octubre, 2014

Soles amarillos, soles rojos, colores y diferencias culturales


En la República Oriental del Uruguay el sol es amarillo; en Oriente el sol es rojo. Sobre colores y diferencias culturales con China

Cuando era niño siempre relacionaba el sol con el color amarillo. Para empezar, así era como lo teníamos, y lo tenemos, en nuestra bandera y escudo nacional en Uruguay; en la de nuestros vecinos argentinos; y así figuraba en los libros y dibujos infantiles.

Cuando con 17 años llegué a Beijing “descubrí” que para los chinos “el sol era rojo”. Se hablaba y se habla del sol rojo, pero nunca de un sol amarillo. Muchos podrían decir, con razón, que eso se debía a motivos políticos, ya que el rojo era el color “sinónimo del comunismo”.

De hecho Mao era definido como el “sol rojo de nuestros corazones”. “El Este es Rojo, sale el sol, en China ha nacido Mao Zedong” decía la letra de lo que de facto era como el himno nacional en esos años: “El este es rojo” y que aún suena, por ejemplo, en el reloj de la antigua Estación de tren de Beijing o en la zona del bund en Shanghai.

Sin embargo, también encontramos un sol rojo en la bandera de Japón (cuyo nombre puede ser traducido como “el origen del sol”) o en la de Bangladesh desde su formación como Estado en 1971.

O sea que esta diferencia en la definición del color del sol no era algo sólo político, lo cual me ha llevado a reflexionar sobre los colores y las diferencias culturales con el “mundo chino”.

Siguiendo con el rojo, e independientemente de las razones políticas, es un color que en China tradicionalmente representa lo bueno, lo positivo. Lo encontramos por ejemplo en las fiestas tradicionales, en los carteles, o en la vestimenta de las novias (aunque ahora en las grandes ciudades la “occidentalización” está poniendo de moda el blanco para las recién casadas).

En la economía, es interesante también ver que el color rojo –que en Occidente es sinónimo de pérdidas o resultados negativos (por ejemplo “números rojos”)- se utiliza, no sólo en China sino en Japón, como sinónimo de beneficio. Por ejemplo en la República Popular una distribución de beneficios se dice “distribución de rojos” (分红 ).

En la siguiente imagen de Bolsas de Japón y China podemos ver cómo las acciones y cotizaciones que suben están marcadas en color rojo, mientras que las que bajan, las negativas, se marcan en color verde; justo al contrario de lo que podemos ver en Occidente.


En el caso de China, y en medio de un proceso de cambios continuos acompañados muchas veces de acciones contradictorias, podemos encontrarnos con cadenas de televisión que utilizan el rojo como sinónimo de subida y otras que lo utilizan para representar pérdidas.

Estas diferencias culturales relacionadas con los colores las podemos encontrar en otros ejemplos. Cuando presencié por primera vez una ceremonia fúnebre en China –en concreto con motivo del fallecimiento del Primer Ministro Zhou Enlai en enero de 1976- vi como aparte de un brazalete negro, la gente se ponía flores de papel, de color blanco, en las solapas de sus chaquetas, y el blanco –sinónimo de luto- era un color predominante en las coronas funerarias.

Otro caso interesante es el del color amarillo, desde siempre relacionado con los emperadores, con la nación china; aunque desde hace ya varias décadas se usa también como sinónimo de pornográfico. Una ”película de color amarillo” es por ejemplo una película pornográfica. Las campañas del gobierno chino contra la pornografía se llaman “barrer lo amarillo” (扫黄).

Lamentablemente, y al igual que en gran parte de Occidente, el “negro” es en China sinónimo de algo malo, clandestino, y también se habla de “dinero negro” o “taxis negros –ilegales” por ejemplo.

Las diferencias culturales en relación con los colores también pueden causarnos algunas situaciones cómicas o embarazosas como la del joven extranjero que entra a una cafetería en Beijing con un sombrero verde, ante la mirada y las risas de la clientela local…. Lo que el pobre joven no sabía es que en China, llevar un sombrero verde es sinónimo de lo que la Real Academia Española ya acepta como “cornudo”.

 (Publicado originalmente en Global Asia)
Pinche aqui para leer entrada en Global Asia