23 marzo, 2019

Una vez más, en defensa de China

Plagiando al "Manifiesto Comunista", podría decir ahora que "un fantasma recorre el Occidente: el fantasma de China. Todas las potencias de la vieja Europa y Occidente se han unido en una Santa Alianza para acorralar a este fantasma".

He querido empezar con un enfoque "cómico" pero en realidad estamos hablando de un problema muy serio que puede afectar, sin exagerar, a casi toda la humanidad.

Un titular que me ha llevado a escribir estas reflexiones ha sido el de Pedro Sánchez pide unidad a Europa frente al "desafío chino"



Los presidentes de China y de Italia en Roma. Foto de Xinhua



El problema no es nuevo, pero a medida que pasan los años se va agudizando. Utilizando una fórmula matemática podríamos decir que los ataques y críticas que recibe China son directamente proporcionales a su crecimiento y fortalecimiento, así como el de sus empresas. 

No se trata sólo de la economía, y va mucho más allá: la acupuntura, los Institutos Confucio, las cuentas de los ciudadanos chinos en los bancos españoles, y un largo etc.

Las ventajas de tener ya una edad es que uno ha vivido muchas más cosas, y por eso no se asombra tanto.

En el año 2005 (ya lo saben pero igual quiero destacarlo: hace catorce años), escribí un artículo en el boletín económico de Casa Asia, titulado Reflexiones ante la "invasión" de textiles chinos en España Los interesados pueden leerlo pinchando en el artículo y por eso no voy a repetirlo.

Pero sí me gustaría volver a recordar, sin quitarle una coma, el final de dicho artículo: El verdadero "peligro", si es que existe, no está en los costes laborales, sino en la competitividad de China y sus empresas a todos los niveles (tecnológico, capacidad financiera, recursos humanos, formación profesional, I+D, educación, logística, etc.)  Aparte de que este proceso es imparable con cualquier tipo de barreras, lo más inteligente sería en primer lugar ser conscientes de ello, de sus causas verdaderas, y en segundo lugar, adaptarse a esta nueva situación y tratar de transformar ese "peligro" y "amenaza" en oportunidades.

Para terminar con lo referente a este artículo, y que se puede aplicar a lo que pasa hoy, decía que trabajando en la Oficina Comercial de la Embajada de España, participé  a mediados de los años ochenta, en la organización de varias ferias y misiones de fabricantes de maquinaria textil española, agrupados entonces en AMTEX. Se vendió a China, muchas veces con apoyo financiero de los créditos blandos, mucha maquinaria textil, y la Administración y los fabricantes españoles de esas máquinas estaban encantados. Pero cuando los chinos, usando esa maquinaria textil comprada en España, vendían a precios competitivos sus textiles, entonces estallaba "la guerra", el malestar, y se decía que China "invadía" España con sus textiles, lo cual, por cierto, fue un hecho positivo para los consumidores, pero eso no importaba.

Tres años más tarde escribí otro artículo titulado En Defensa de China en la Página Iberchina, por cierto de la cual fui co-fundador y colaborador durante muchos años. En dicho artículo criticaba la ola de críticas, reprimendas y en algunos casos verdadera hostilidad hacia China, con motivo de los Juegos Olímpicos del 2008. También lo pueden leer los interesados pero quiero quedarme con esta frase : Mientras que al grito de “a por ellos” parece lícito y lógico el deseo del deporte español por obtener el mayor número de medallas posibles, los deseos de triunfo de los deportistas chinos son criticados sin embargo como una muestra de “nacionalismo”.

China comenzó en la práctica el proceso de apertura al exterior en 1979 y las limitaciones eran extremadamente severas. Sólo se podía invertir en cuatro zonas determinadas de Xiamen, Shenzhen, Shantou y Zhuhai; en un número muy limitado de sectores, y siempre con socios chinos que tenían que tener la mayoría del capital. Aún así, nadie la criticaba y los empresarios hacían cola para entrar al mercado. 

Desde entonces hasta ahora el proceso ha sido de una mayor apertura, en lo geográfico, en lo sectorial, y en la posibilidad de formar empresas sin socios chinos o con socios locales minoritarios.

China nunca ha estado tan abierta a las empresas extranjeras como lo está hoy.  Si en 1979 fueron unas cien las empresas de capital extranjero que se establecieron, a finales del 2018 rozaban el millón. Estoy cansado de escuchar y leer que las empresas extranjeras no ganan dinero en China. Y entonces, perdón por la expresión, son "estúpidas" aquellas que siguen llegando, las que se mantienen, y las que crecen en el mercado. 

El gigante químico BASF, europeo por cierto, con muchas inversiones en el país desde hace casi dos décadas, ha anunciado hace poco una inversión en el sur del país de cerca de 10.000 millones de dólares, sin un socio chino. Creo que se trata de un caso único, y una muestra de cómo ha ido avanzando paulatinamente la apertura al exterior. Me costaría creer que los accionistas de BASF lleven veinte años perdiendo dinero en China y encima de todo, anunciando nuevas inversiones.

Creo y lo veo, que lo que pasa en China es que hay sectores donde la empresa extranjera no puede aportar ya nada, ya no es competitiva, debido al fortalecimiento de las empresas locales. Esa fuerza de las empresas locales es precisamente uno de los resultados de los cuarenta años de apertura y reforma. Aunque pudiese, desde el punto de vista de normas y leyes, competir en el mercado, esa empresa extranjera siempre saldría perdiendo. 

Más de un veterano político español ya me lo decía hace diez o veinte años: "no sé de qué te asombras, nosotros en España hicimos lo mismo." 

Y sin embargo hay sectores nuevos -por ejemplo la alimentación, los artículos de consumo- que ahora, y no hace cuarenta años, pueden vender en China, no por las normas o leyes del país, sino por las condiciones nuevas que se han creado con el desarrollo económico. Cuando estaba en la Oficina Comercial había una marca de vino español que empezó a vender a los pocos hoteles extranjeros que había entonces (cualquier español que haya estado en China en los ochenta sabe muy bien de qué marca estoy hablando). "Las pocas cajas que vendemos no nos dan ni para cubrir los gastos del viaje", nos decían; pero querían posicionarse en el mercado. Un caso similar ocurrió con la Coca-Cola que al principio se vendía sólo en dólares en los pocos hoteles del país y parte de la prensa se burlaba poniendo siempre el mismo ejemplo: un chino tiene que gastar el X por ciento (una X muy grande) de su salario para comprar una Coca-Cola. Ahora la bebida refrescante se vende hasta en el pueblo más perdido, y esa marca y otras más de vino español están en supermercados, tiendas y restaurantes, es verdad que no al nivel de Francia o de Chile, pero eso no es consecuencia de restricciones del mercado.

En tercer lugar, están los sectores -como por ejemplo los hoteles- donde desde los años ochenta hasta la actualidad, la presencia e inversión extranjera no ha parado de crecer y compiten, creo que con éxito ya que no hacen más que expandirse, con las empresas locales.

Ahora que China ha crecido, tiene empresas fuertes y competitivas desde el punto de vista tecnológico entonces han vuelto a ser "los malos" de la guerra fría, los "rivales sistemáticos".

Una Europa muy cerrada a las importaciones de los países del tercer mundo, una Europa que subvenciona sus producción agrícola, a través de la PAC, poniendo trabas a  la entrada de productos ganaderos y agrícolas de América Latina, Asia y Africa, se da el lujo de actuar con soberbia, sí, con soberbia, exigiendo y pidiendo a los otros lo que tienen que hacer.

No soy economista, lo reconozco, no tengo ningún título relacionado con estos dos temas -China y la economía- pero ya tengo mis años y me gusta leer. Y sólo voy a poner un ejemplo a aquellos que estén interesados. La UE impone de nuevo aranceles a la importación de arroz de Camboya y Myanmar

Estamos hablando de países muy pobres, cuyas exportaciones de arroz "están causando daños económicos a los productores europeos" por lo cual desde el 18 de enero la UE decidió reintroducir derechos de importación. ¿Este es el "libre comercio" que defiende la UE? 

No soy yo quien vaya a defender al Presidente Donald Trump ni a su política, en todos los aspectos. Pero como una muestra de que las "luchas" por "el libre comercio" vienen de diferentes frentes, reproduzco un titular del periódico en Internet, El Confidencial: Tras los impuestos al acero y aluminio de la UE, Trump ratifica su ataque a la PAC europea: confirma y sube el arancel a la aceituna. Sitúa en el 34,7% de promedio el recargo a las aceitunas negras, y la patronal española del sector alerta de que el Gobierno de EEUU considera que la PAC es incompatible con la OMC.

O sea que en todos lados cuecen habas, y los países y grupos de países, lo que hacen es intentar defender sus propios intereses, en algunos casos en beneficio de su población, en otros en beneficio de sus grupos económicos. Y lo mismo pasa con las empresas. Ahora Alemania está  "asustada" con China por el tema de la robótica, pero una de sus mayores empresas, BASF, parece estar encantada de la vida con los resultados económicos que obtiene en el país asiático. Lo mismo pasa con todos los países, incluida España. Hay empresas españolas encantadas con China, y que aumentan sus inversiones; y otras no tanto, pero, aunque no todas, son conscientes de que más que un tema de normas y leyes, es algo relacionado con el mercado y la competitividad, 

Otro tema del que se habla mucho es el de la reciprocidad.
Ya he dicho que no soy economista, pero veo que dentro de la U.E. no es lo mismo que una empresa española se instale en Irlanda, a que una empresa irlandesa venga a España. Uno de las mayores ventajas de instalarse en Irlanda, por ejemplo, son las fiscales. ¿Existe pues reciprocidad dentro de la misma Unión Europea? Pregunto.

No sé ahora, pero hace diez años ¿un auto chino se podía vender en la U.E.? Ya no sé desde qué año, pero en 1975 cuando llegué a China ya se veían Mercedes Benz en la calle, y al empezar la apertura al exterior la primera flota de taxis de Beijing era de Toyotas importados de Japón. La misma facilidad que tiene un fabricante de autos, por ejemplo europeo, para entrar a China, la debería tener un fabricante de autos chinos para entrar a Europa. Así, más o menos, es como los expertos definen la reciprocidad...aunque lo hacen al revés.....

¿Son los visados, sí o no, una parte importante de las relaciones comerciales bilaterales? Yo creo que sí. La facilidad para hacer negocios en un mercado tiene mucho que ver con la facilidad que pueda tener un representante de esa empresa para entrar a ese país. Un ciudadano chino -incluso aquellos que llevan décadas trabajando en empresas españolas instaladas en la República Popular- debe proporcionar sus estados de cuentas bancarias de los últimos tres meses, contratar un seguro, y no sé, de verdad, cuántos papeles más para obtener un visado para entrar a España. ¿El Consulado chino pide esos mismos requisitos a los españoles que van a China? ¿No es verdad que en 24 horas se puede obtener un visado de negocios de entradas múltiples a China por un año? Ni siquiera hay que presentarse en el Consulado o Centro de Visados. Todo el trámite lo puede hacer un mensajero. ¿Pasa lo mismo en China cuando sus empresarios tienen que viajar a España? ¿Dónde está en este terreno la reciprocidad que exigen Europa y España a China?

Entremos ahora en el terreno de la "ciberseguridad" mencionada por el Presidente del Gobierno español, al referirse a las relaciones futuras entre la U.E. y el país asiático.

No sé de verdad si un teléfono Huawei o Xiaomi espían. Sólo sé lo que he leído hace unos días y es que  Todos los móviles Andoid te espían

¿No será que lo que más preocupa y "da más rabia" es que China es el país que vende mas móviles en España

No tengo estadísticas, pero en mi pequeño país, los Xiaomi, son muy bien recibidos por los consumidores, por su relacion calidad-precio.

Ya para empezar a terminar, a todo esto tenemos que agregar lo que Fernando Pastrano, uno de los pioneros y decanos del periodismo español sobre China, llama la "sinofobia" palabra que no he encontrado en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, y que Fernando propone con humildad y educación que sea aceptada. 

Ahí podemos incluir un amplio número de aspectos y de ejemplos, que en muchos casos se acercan al racismo.

Hace poco tiempo tuvo lugar una campaña contra ciudadanos chinos residentes en España o ciudadanos españoles casados con ciudadanos chinos, a los cuales sin aviso alguno les congelaron sus cuentas bancarias. El motivo oculto: "los chinos lavan dinero". No tengo la menor duda de que habrá una minoría de ciudadanos chinos que si podría hacerlo, o uruguayos .... o españoles. Pero las cuentas fueron congeladas a todos los ciudadanos chinos, de forma nada profesional,  chapucera y sin previo aviso causando graves daños a sus titulares; por cierto muchos de ellos con nacionalidad española, pero que habían cometido "el delito" de llevar un apellido chino.

Cuando, por poner sólo un ejemplo, honorables familiares de políticos catalanes sacaban dinero en billetes de 500 Euros para blanquearlos en Andorra; ¿se congelaron las cuentas de todos los ciudadanos catalanes?. Lo mismo podría aplicarse a algunos miembros  -entre ellos altos dirigentes-de los principales partidos políticos españoles. ¿Se congelaron las cuentas de todos los militantes del Partido Popular, del PSOE o de la antes llamada CIU?

Distinguidos ministros y científicos españoles han lanzado una ofensiva contra por el ejemplo el Feng Shui, que no tiene nada que ver con tratamientos médicos; o contra la Acupuntura, que junto con las hierbas chinas, está reconocida positivamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Y lo peor de todo, es que prácticamente nadie sale en defensa de China en todos estos casos. ¿Para qué están entonces tanta asociaciones, cátedras, blogs y páginas web que se dicen amigas de China? Yo no pido que estén de acuerdo conmigo, o con China, pero sí que por lo menos opinen de estos temas que tienen que ver con el país asiático. Lo que me llama más atención, es que algunas de esas páginas, se están volviendo cada vez más críticas hacia China. Tienen todo su derecho a hacerlo, por supuesto. Pero sus argumentos son radicalmente diferentes a lo que decían hace sólo unos pocos años atrás.

Parece que estas cosas tan importantes no les importan a todos esos en teoría interesados en China, pero que no quieren pronunciarse. Y tampoco gustan nada las críticas, aunque sean educadas y dichas con un espíritu positivo, como me pasó a mí con la traducción al chino del "Resumen Ejecutivo" del Informe sobre China del Real Instituto Elcano; o cuando expresé mi opinión sobre cómo se había permitido que el Jefe de Estado de España llamase "Presidente Jinping" al líder chino en el banquete oficial de bienvenida. 

Volviendo a Fernando Pastrano, en junio de 1978 -algunos de los lectores de este blog no habían nacido- con ocasión de la visita de los Reyes de España a China, tituló en el diario ABC una serie de excelentes artículos como "Cuatro siglos de mutuo desconocimiento". Sinceramente creo que ahora, cuarenta años después, estamos mucho peor que cuando se escribió ese artículo. Por cierto, siento discrepar de forma amistosa con Fernando Pastrano ya que en mi humilde opinión el desconocimiento no es mutuo y China y su población conocen mucho más del mundo de habla hispana y ninguno de sus medios o políticos sería capaz de no llamar bien a un dirigente español. 

¿Es China perfecta? Yo creo que no, y sus dirigentes son los primeros en reconocer algunos -no todos- de los problemas del país. ¿Tiene China cosas criticables? En mi opinión sí. Sin embargo tiene una gran serie de virtudes de las que casi nadie habla.

Ni Europa y Occidente en general, tienen en mi opinión ninguna categoría para criticar a China. No sólo por cómo está la Europa actual, sino por un pasado no tan lejano cuando bajo la fuerza de las bombas, por poner sólo un ejemplo, obligaron al país asiático a abrir sus puertas a las drogas, (el Reino Unido era el mayor traficante de opio del mundo) en nombre del "comercio libre".

Lo del Presidente del Gobierno español pidiendo unidad a Europa frente al "desafío chino", prefiero no comentarlo, ya que creo que no tiene ni idea de lo que está hablando, y ha mentido y engañado tantas veces en los pocos meses en los cuales ha estado en el gobierno, que sus palabras no merecen respeto. Lo siento, es lo que pienso y así lo digo.

Su llamamiento a la "unidad" de la U.E. ante el desafío chino va a ser difícil de cumplirse. ¿Cómo se le ocurre a él o a sus asesores hacer esta declaración en momentos en que China estaba firmando en Italia un Acuerdo de incorporación del primer país del G-7 a la iniciativa de la nueva Ruta de la Seda, "noticia" que se sabía hace semanas?

El movimiento de ajedrez no le ha salido nada mal al Presidente Xi Jinping en su primera visita al exterior en el 2019. Y la "unidad" de la U.E. ya se ha hecho añicos antes incluso de que el líder chino finalice su visita.

¿Qué ha ganado España con esta declaración de su Presidente de Gobierno? Lo de Italia era inevitable, lo sabía todo el mundo, y se podría haber quedado callado, por lo menos para minimizar los daños que sus declaraciones van a producir en las relaciones bilaterales.¿Cuál será el próximo paso de la Administración española y su Presidente de Gobierno? ¿Meterse con Huawei? 

En cuanto a China, es verdad que está atravesando dificultades, alguna de ellas muy graves ¿Es la primera vez? No, ni mucho menos. La intentaron aislar del mundo hasta 1971; tuvo que sufrir directa o indirectamente los golpes de la crisis financiera del Sudeste asiático de 1997, luchas internas, graves problemas en su sector financiero, en sus empresas estatales, un escenario internacional nada favorable con la desaparición de la URSS y del llamado "bloque socialista", y un larguísimo etc. 

Este 1º de Octubre va a cumplir sus setenta años de historia, y a pesar de todo lo que ha tenido que pasar, está ahora más fuerte que nunca, y está demostrando que le quedan muchas cartas para jugar o quizás sería mejor decir que de forma inteligente va a ganar esta partida de weiqi (o go en japonés)

@PabloRovetta

2 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo con Ud. estimado Pablo. Es un problema sociològico, antropològico, que se dà tanto en España, como en otros paises de la Uniòn Europea. En verdad, hay mucho temor o miedo al ascenso de China. No se comprende que es un proceso històrico, polìtico, econòmico, social, cultural, muy grande, muy profundo, muy abarcador. A China se le teme, y a la vez se pretende menospreciar, ¿por què? porque es distinta, es diferente al esquema estructural y superestructural de Occidente. Cuando alguien ha hecho mal a otro en el pasado, el primero teme que el segundo quiera vengarse por las ofensas y perjuicios cometidos. Ese tambièn es otra causa del temor de Europa Occidental hacia China.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Perdón en primer lugar por la demora en responder. Estoy teniendo problemas de Internet y recién hoy leo este comentario. Gracias por seguir el blog y más gracias aún por dejar sus comentarios.

      Eliminar