19 febrero, 2019

Lo confieso: no me gustan los yuanxiao

En mis años juveniles en China, había principalmente dos grupos de extranjeros. Los "pro-chinos" al 100 por 100, para los cuales todo lo chino era bueno, incluso aquello que no les gustaba a los propios chinos.

En el otro bando estaban los "anti-chinos", principalmente afectados por lo que llamábamos "el pekinazo", un síntoma digno, creo yo, de estudio por los psiquiatras. Después de pasado un tiempo en la capital china, todo lo veían mal y no les gustaba.

Mi familia y yo nos mantuvimos en una línea intermedia. Nos gustaban las cosas lindas y buenas de China, y no nos gustaban otras cosas, sin tener miedo a que nos llamaran "anti-chinos". 


Entre aquello que no nos gustaba, en el aspecto gastronómico, estaban los llamados "postres" y las comidas de las fiestas tradicionales del país. Veníamos de un país donde lo dulce es dulce de verdad -incluso ahora en España lo dulce me sabe a artificial-, y nos gustaban los postres y el dulce de leche.

Por eso, una de las mayores decepciones que me llevé fue ver que prácticamente no había comidas dulces en el país, los banquetes terminaban sin postres "de verdad" y así una de las cosas que más disfrutaba eran las "french toasts" del Hotel de la Amistad en el desayuno.

Cuando pasamos nuestra primera fiesta tradicional me encantaron, y me siguen gustando mucho, los jiaozi, especie de raviol con distintos rellenos.

Al llegar al día 15 del año nuevo se festejaba, y festeja, un día como hoy, la 元宵节, o más conocida en otros idiomas como "La Fiesta de los Faroles". La tradición esa noche de luna llena es comer los 元宵, y por eso en chino se llama yuanxiaojie,  especie de albóndigas pequeñas, hervidas y con un relleno algo dulce que se sirven en un plato caliente con agua.


"Yuanxiao"

La primera que comí me quemó la lengua y la boca a tal extremo que hasta el día de hoy me niego a volver a probarlas. Además era una cosa glutinosa que no me gustaba nada.

Pero, como dice el refrán, "para gustos los colores" y cada pueblo tiene sus comidas favoritas.

Más tarde, creo que en el mes de junio, vino la fiesta del bote del dragón, en chino 端午节 donde la comida tradicional eran los zongzi, arroz glutinoso relleno envuelto creo en una hoja de bambú y cocinado al vapor. Lo siento, pero tampoco me gustaron nada.


Zongzi
Otra de las fiestas más importantes del país es la conocida como "Fiesta de la Luna", o "Fiesta de mediados de Otoño", donde lo tradicional es comer los "pasteles de la luna". ¡Qué bien! pensé. Por suerte voy a comer algo dulce. Pero cuando probé el primero casi me rompo una muela porque su relleno era extremadamente duro y con una mezcla de huevo duro, frijoles y no sé qué otras cosas más.


Pasteles de la Luna

Por último, antes del Año Nuevo Chino, venía la fiesta de laba cuando la tradición era comer una especie de sopa espesa con varios rellenos llamada labazhou. Si de las sopas "normales" me gustan muy pocas, de ésta no me gustaba nada.

Labazhou

En fin, por suerte, con tantos años viviendo en y relacionado con China me encanta la mayoría de su comida (salvo excepciones como por ejemplo las holoturias o pepino de mar). Pero debo reconocer que para los dulces y postres me quedo con Occidente, y en especial, sin pretender ser chovinista, con los dulces del Río de la Plata.

Por supuesto a la mayoría de los chinos les gustan estas comidas, y sé de extranjeros que también disfrutan con ellas.

A todos ellos les deseo un feliz festival de los faroles, y que disfruten comiendo sus yuanxiao.

@PabloRovetta







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