24 julio, 2014

Presidente chino evita hacer escala en España en su viaje a y desde Latinoamerica

Esta es una corta reflexión para que los observadores de las relaciones hispano-china reflexionen.

Hasta ahora, los antecesores del actual Presidente chino Xi Jinping y otros importantes dirigentes del gobierno asiático, acostumbraban en la mayor parte de los viajes a América Latina, a hacer una escala técnica y de descanso bien en las islas Canarias, bien en Baleares.

El pasado 14 de julio, al confirmarse la escala en Grecia en su viaje de ida a Brasil, lanzaba en Twitter la "adivinanza" de cuál sería el país donde el Presidente chino haría su parada de regreso a la República Popular, pregunta que volví a hacerme hace dos días cuando estaba terminando su viaje.

Hoy tenemos la respuesta y el país elegido ha sido ... Portugal

No pretendo ser malpensado, y dejo a los expertos y sinólogos que saquen sus propias conclusiones, pero no sé por qué, parece que el líder chino ha querido evitar España ....



  1. Interesante. En su viaje a América Latina hace escala técnica en Grecia. ¿Cuál será su escala técnica de vuelta a ?
  2. está terminando gira por ¿Cuál será su escala técnica antes de regresar a Beijing?
  3. Ya tenemos la respuesta hace escala técnica en de vuelta a casa



17 julio, 2014

El mundo gira en torno a China; mientras, España mira a Japón



El tweet de Casa Asia, ayer por la tarde, decía textualmente García-Margallo: "Japón es nuestra perfecta puerta a Asia, y España puede ayudar a Japón en el Norte de África y América Latina" 

Al principio pensé que se trataba de un error, pero desde Casa Asia me confirmaron que "Son palabras del ministro en la sesión de balance del Año Dual"

Más tarde, en una nota de Europa Press se indicaba, en referencia a la región Asia-Pacífico que El ministro ha explicado que España va a reformular su estrategia exterior de forma "explícita" de cara a ampliar sus ejes tradicionales en el exterior y que Japón ejerza como puerto de entrada en la región, aportando su experiencia.

La Agencia EFE, por su parte, destacaba que El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha ofrecido hoy a Japón que España sea su "embajadora" en la Unión Europea.

Soy un simple observador de China y no es mi intención criticar, ni siquiera opinar, sobre estas declaraciones de un Ministro de Asuntos Exteriores.

Lo que pasa es que, quizás por mi ignorancia, no las entiendo. 

No entiendo en primer lugar cómo Japón puede ser "la perfecta puerta a Asia" para España. No me imagino cómo la empresa, la cultura española pueden entrar por ejemplo a China a través de Japón. En una situación "normal" no lo entendería, pero en el contexto actual de las relaciones -malas- entre China y Japón, es aún más difícil de entender. Tampoco lo entendería si hablamos de Corea del Sur, de India o del Sudeste Asiático.

Tampoco entiendo el deseo de que España se convierta en la "embajadora" de Japón en la Unión Europea. No sé si un país como Japón -con su tremendo peso económico y comercial- necesita embajadores y ayudas en Unión Europa, el Norte de África y América Latina.

En todo caso, como dice el refrán, "doctores tiene la Iglesia". 

Creo que debía compartir con los fieles lectores de este blog esta información, para que cada uno saque sus conclusiones.

Mientras, me dedicaré a seguir observando, en especial a ver cómo se toma el Gobierno chino esta nueva estrategia anunciada por la máxima autoridad de la política exterior española.




13 julio, 2014

El viaje de Xi Jinping a América Latina: la nueva diplomacia china, “triangulación” y otras reflexiones

El Presidente chino Xi Jinping  comienza el lunes una importante visita a América Latina, cuyo significado y sus resultados y repercusiones tendrán un importante efecto global, mucho más allá de los que tenga en la región.

Me gustaría hacer algunas reflexiones en relación con esta visita.

China y América Latina. Es significativo que se trata de la segunda visita del Presidente chino a América Latina en poco más de un año. En junio del 2013 ya visitó México, Costa Rica y Trinidad y Tobago –en este último país tuvo un encuentro con dirigentes de otros países del Caribe.

Este viaje lo lleva a Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba, pero su actividad diplomática abarcará a muchos otros países latinoamericanos

Xi se reunirá también con los presidentes de muchos otros países de la región aparte de los que visitará, a través de encuentros con líderes de UNASUR (la Unión de Naciones de América del Sur), o de su participación en la primera reunión con jefes de Estado del cuarteto de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), que en estos momentos integran Costa Rica, Cuba, Ecuador y Antigua y Bermuda.

Es un hecho que China se ha convertido ya en un muy importante socio comercial de América Latina y en algunos casos en el número uno. La República Popular ya figura en los países de la región como uno de los principales socios comerciales, principal destino de las exportaciones latinoamericanas o importante fuente de financiación, de inversión y de productos chinos.

América Latina es estratégica para el futuro del desarrollo económico de China, entre otros por los siguientes tres aspectos: la energía, la minería y los alimentos.

Esta visita no hará más que impulsar esta situación en el terreno comercial, con la firma de importantes contratos y acuerdos, aparte de que política y diplomáticamente será un importante paso más en las relaciones bilaterales. Uno de sus frutos será, por ejemplo, la creación del Foro China-CELAC, que se reunirá por primera vez antes de finales de este año en el país asiático.

La visita del Presidente Xi no deja de ser una señal para los Estados Unidos y en algún sentido para España, los dos países que hasta ahora, y por razones históricas, políticas y económicas han estado más relacionados con América Latina.

El factor Taiwán. Del pequeño grupo de países en el mundo que aún no reconocen al gobierno de la República Popular y siguen manteniendo relaciones diplomáticas con Taiwán o la llamada “República de China”, la mayoría –en concreto 12 -está en América Latina (entre ellos Paraguay, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, República Dominicana, Haití, Honduras y Panamá). Esta ofensiva diplomática y comercial del Presidente Xi Jinping es también un guiño y una señal para esos países, una muestra de las “ventajas” de reconocer diplomáticamente al gobierno de Beijing.

La reunión de los BRICS. Uno de los principales objetivos de la visita de Xi Jinping es participar en Brasil en la reunión de Jefes de Estado del llamado grupo BRICS (integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que tomará importantes medidas políticas y económicas de repercusión internacional, entre ellas la creación de un Banco de Desarrollo que posiblemente tenga su sede en Shanghai. Los BRICS han ido consolidando en los últimos años su posición en un mundo donde las instituciones económicas y financieras siguen estando controladas por los Estados Unidos y los principales países occidentales, y están dispuestos a, si no a cambiar inmediatamente esta situación, por lo menos a no ser testigos pasivos de la misma y a empezar a moverse por su cuenta.

Una activa diplomacia china. La visita de Xi Jinping tiene lugar en uno de los períodos más activos de la diplomacia china desde la fundación el 1 de octubre de 1949 de la República Popular. Los viajes al exterior y los encuentros internacionales de la nueva generación  de líderes chinos –tanto el Presidente Xi como el Primer Ministro Li Keqiang- son de una frecuencia y una amplitud geográfica hasta ahora nunca vista en la diplomacia china. La República Popular –que ya es la primera potencial comercial y la segunda economía del mundo- parece que ha decido comenzar a “marcar territorio”, a decir “aquí estoy yo”, y empezar a actuar en la esfera internacional en consonancia con su posición económica en el mundo, esperando que así sea vista y considerada por los otros países.

El caso de Cuba y la diplomacia “con características chinas”. El Presidente chino, al igual que sus recientes antecesores, también quiere mostrar que su país es lo suficientemente fuerte y, podríamos decir “digno” como para visitar, recibir o reunirse con quien quiera, manteniendo en este sentido una tradición diplomática que le permite tener buenas relaciones con Obama, o con Bush anteriormente, y al mismo tiempo abrazarse con los hermanos Castro en Cuba. Ningún líder de peso internacional podría hacer lo que hace el Presidente Xi, y que también hicieron sus antecesores, con Cuba. La visita a La Habana del Presidente chino, además, tiene el “morbo” de que tendrá lugar días después del viaje del presidente Putin, que en muchos aspectos –en lo económico y militar- marca una especie de “regreso” ruso a Cuba. Nos encontramos pues con dos líderes como Putin y Xi Jinping “tomando café” prácticamente frente a las narices de los EE.UU.

España y la famosa “triangulación”. Esta visita de Xi Jinping, y dicho esto con todos los respetos, sería una excelente oportunidad para que España “despertara” y dejase ya de hablar de “triangulación” y de intentar seguir vendiendo a los chinos que pueden ser el puente principal para entrar a América Latina. China no ha necesitado a España para “entrar” en América Latina, realizar millonarias operaciones y haber alcanzado un nivel de relaciones políticas y económicas que podrían ser la envidia de varias Cancillerías europeas; Beijing tiene línea y relaciones directas con las principales capitales latinoamericanas, en algunos casos mucho más fuertes que las que pueda tener Madrid.

En todo caso, quizás habría que enfocar el tema desde otro punto de vista: es España y sus empresas las que podrían aprovechar esta ofensiva, esta presencia China en América Latina, y en este caso la “triangulación” sería al revés: España y sus empresas podrían utilizar a China como plataforma para intentar consolidar y aumentar su presencia en América Latina.

21 junio, 2014

Parece que para Casa Asia el Tibet no forma parte de China

A juzgar por el anuncio que han publicado en su página web, parece que para Casa Asia, el Tibet no forma parte de China. No sólo están en dirección contraria en la imagen que publican (aunque es obvio que la imagen no es representación geográfica, sino una creación digamos que artística), sino que anuncian en su página web que  "Durante el mes de julio Casa Asia os propone una serie de cápsulas informativas para obtener consejos y conocimientos prácticos sobre Indonesia, China, Birmania, Tíbet, India y Nepal de la mano de nativos y viajeros experimentados."

No es mi intención entrar en una polémica sobre los problemas políticos o religiosos que puede haber en la Región Autónoma del Tíbet, pero sí es un hecho que todos los gobiernos que reconocen a la República Popular China reconocen al Tibet como parte de China.

Casa Asia es una institución pública. No sé cuál sería la reacción en España si una institución pública china anunciara seminarios sobre consejos y conocimientos prácticos sobre Francia. España, Italia, Calatuña, Alemania y el País Vasco.






05 junio, 2014

Comentario sobre el libro "Conocimientos comunes de la cultura china" en Yuanfeng Magazine

Publicado originalmente en http://www.yuanfangmagazine.com/
Publicación original en Yuanfeng Magazine


Pablo V. Rovetta recomienda… “Conocimientos comunes de la cultura china”*

El interés por China, por su idioma, y por los conocimientos en general de ese “mundo”, más que país, está creciendo de forma exponencial en los últimos años en los países de habla hispana.
Cuando más crece ese interés, y al tiempo que se incrementa la presencia de China en España y América Latina en todos los aspectos de la vida, política, económica y social, más se nota el gran desconocimiento que sigue existiendo hacia una de las culturas más antiguas y brillantes de la historia y hacia uno de los países que está llamado a jugar en los próximos años, si es que ya no ha empezado, un papel fundamental en el mundo.
Una de las primeras preguntas que se hacen muchos de los que se acercan “al mundo chino” es qué materiales de referencia se pueden leer; y para ello podemos encontrar infinidad de opiniones y gustos. Sobre China tenemos libros de historia moderna y antigua, de economía, de política, de cultura, de relaciones bilaterales, de viajes, de experiencias personales y un largo etcétera. Podemos buscar una visión anglosajona, donde destacan algunos títulos y autores de calidad; y/o una visión desde el mundo hispano que, con honrosas excepciones, muchas veces se quedan en esquemas, tópicos, superficialidades, anécdotas.
Para esos miles de estudiantes de chino y de personas que se están empezando a interesar por el gigante asiático, yo recomendaría, en primer lugar, ir a fuentes oficiales básicas y luego que cada uno vaya sacando sus conclusiones a través de su experiencia personal, sus intereses y/o lecturas de referencia de los autores que prefieran.
En este sentido “Conocimientos Comunes de la Cultura China”, cubre, en mi opinión, con esos objetivos y puede ser de gran ayuda para acercarse, de forma simple pero pragmática, a conceptos muy básicos, pero fundamentales, de la cultura china.
Para empezar, el libro tiene la gran ventaja de ser bilingüe, y ya sólo por eso vale la pena, por lo menos para los estudiantes de chino, que podrán aprender una serie de palabras y términos muy ligados a esta cultura. Veo con alegría que entre las personas que figuran en el equipo de traductores está Belén Cuadra Mora, una joven pero fructífera traductora (cuyo último trabajo es la traducción de “El sueño de la Aldea de Ding” de Yan Lianke).
Con ilustraciones y fotos que ayudan a comprender mejor aspectos como la caligrafía, la ópera china, la arquitectura o la artesanía, el libro puede ser leído como una “breve introducción a aspectos básicos de la cultura china”, y usado como herramienta de consulta no sólo para los “principiantes” sino para gente que lleva muchos años relacionada con China pero que, por ejemplo, no conoce los 24 períodos climáticos del calendario chino.
“Conocimientos Comunes de la Cultura China” está dividido en diez capítulos y trata más de cien temas diferentes, con un promedio de dos páginas por tema, que abarcan desde la religión, la literatura, la moral tradicional, los inventos y descubrimientos científicos de la antigüedad, la arquitectura, la artesanía, la escritura y la medicina tradicional entre otros. Se puede leer completo, por lo tanto, o centrarse en los capítulos que sean de mayor interés para cada persona en particular.
Quizás uno de los fallos más grandes del libro es la frecuente mención a dinastías chinas, sin hacer referencia a los años concretos, lo cual parece contradictorio con el deseo de aportar conocimientos básicos sobre la cultura china.
En todo caso, soy de los que piensa que en el caso de China, como en otros tantos, hay que acercarse a las fuentes directas y luego compararlas con otras opiniones e ir sacando cada uno sus propias conclusiones. Muchas veces, y también es obviamente un sistema respetable, se empieza a “ver” a China, desde el principio, a través de análisis de terceros sin llegar nunca a las fuentes oficiales.
También es verdad que muchas veces las publicaciones de las editoriales chinas podrían, en mi modesta opinión, ser mejoradas para hacerlas más amenas y comprensibles para el lector occidental. Pero eso sería tema de otro análisis.
“Conocimientos Comunes de la Cultura China”  es, en mi opinión, una agradable excepción en este sentido,  y representa un esfuerzo encomiable para acercar ideas básicas de la cultura china al exterior, en este caso al mundo hispano.
El libro forma parte de una trilogía cuyos otros dos títulos son “Conocimientos Comunes de la Historia China” (que también recomiendo) y “Conocimientos Comunes de la Geografía China” (éste último ya solo para los que están más interesados en temas concretos de la geografía).
 (Edición bilingüe español-chino)
The Overseas Chineses Affairs Office of the State Council
Editorial: Sinolingua


15 mayo, 2014

China: números, supersticiones y demás ...

El año 2014 nos está trayendo una serie de fechas nada auspiciosas ni favorables para un país donde la superstición ha sido una de esas “moscas” que, citando a Deng Xiaoping, han entrado a la República Popular mientras abría su ventana para permitir la entrada de “aire fresco”, siempre según el llamado “arquitecto” de la reforma de China.
Y es que una de las tantas cosas que han cambiado en el país asiático en las últimas décadas –lo mismo que otras siguen siendo lo mismo- es el “auge” de la superstición en general, y la relacionada con los números en particular, a tal grado que ha adquirido un carácter casi institucional.
Según estas supersticiones, tenemos una serie de fechas, como el 4 y el catorce de enero, el catorce de abril o el 14 de mayo, todas ellas relacionadas con la muerte, como veremos más adelante, y nada auspiciosas para bodas o nacimientos, por ejemplo.
Cuando llegué a China en 1975, el portal del edificio donde vivía junto con otros extranjeros, dentro del Hotel de la Amistad, era el número 12, y el de al lado, era el 14. ¿Y el 13? preguntaba yo, incapaz de creerme que en la República Popular a la que acababa de llegar existiera esa superstición.
La respuesta era que, como una forma de respeto hacia los “amigos extranjeros”, se evitaba utilizar esa cifra “maligna”; y ese mensaje tenía dos significados: el orgullo de que “nosotros los chinos no somos supersticiosos”, y una especie de “burla” hacia esa superstición venida de afuera, no sólo de Occidente, ya que, según ellos, se evitó utilizar el 13 cuando el Hotel se construyó para alojar a los llamados “expertos” soviéticos en los primeros años de la joven república fundada por Mao.
Como tantos de los errores que se pueden cometer cuando se habla de este país, si yo hubiese abandonado China y dejado de tener contacto con este mundo antes de los años 90, hubiera afirmado con rotundidad que “los chinos no son supersticiosos”.
La apertura al exterior, y en especial el contacto más fluido y directo con otros “territorios chinos” como Hong Kong, implicó también para la República Popular la entrada y el regreso de una serie de vicios, supersticiones, y algunas costumbres y “tradiciones” no muy “éticas” o “morales”; en una palabra, supuso la entrada de esas “moscas” , pero – según pensaba Deng- también de un “aire puro” que iba a cambiar para bien al país en su conjunto.
En Hong Kong, donde se habla principalmente el dialecto cantonés, la pronunciación del número 8 es muy similar a la de lo que podríamos traducir como “prosperidad”. El 8 se pronuncia “ba” enputonghua –la pronunciación unificada del idioma chino- pero “fa” en cantonés, y “fa” puede ser también “facai” 发财, o sea enriquecerse o prosperidad.

La pronunciación del número 4 (“si”) en putonghua es similar a la de la palabra “muerte”; el número 1 puede relacionarse con “querer”, y el número 5 con “yo”.
Con estos ingredientes tenemos una combinación de números muy “buenos” como 8, 88, 888 y así hasta el “infinito”; “18” (enriquecerse), “518” (yo voy a enriquecerme); y números muy malos como el “4” (morir), “14” (morirse) o “514” (voy a morirme).
En mis primeros años en la China libre de supersticiones, teníamos portales número 4, cuartos pisos en los edificios; el número de información telefónica era “114” (me quiero, me quiero morir), eltrolleybus que nos llevaba desde el centro hasta la zona del Parque de Bambú era el número 114 y la línea 4, junto con la número 1, eran las dos principales que recorrían la interminable avenida Chang´an, en el centro de Beijing.

Es verdad que, no sé si por razones técnicas o políticas, se siguen manteniendo el “114” como el número de información telefónica. También es verdad que, en una pragmática combinación de supersticiones chinas y “extranjeras” uno se puede encontrar con construcciones donde no existen los pisos número 4, 13 y 14, y así un edificio que tenga 12 pisos, podrá tener un ascensor que llegue hasta el número 15.
Esa “fiebre” supersticiosa con los números abarca casi todos los aspectos de la sociedad. Los precios de muchos productos o de los platos de comida de un restaurante (que en muchos países terminan en 9 para dar una sensación de “más barato” – 9, 19, 99, etc.) en China terminan en 8. Los números de las matrículas de los autos se subastan de forma pública y se llegan a pagar cifras millonarias por un “8888”; en China cuando uno compra un teléfono móvil, tiene que comprar aparte “el número”; un número de teléfono que termine con varios “8” o “18” o “58” es difícil y caro de conseguir, mientras que el “4” es el que nadie quiere, y el que, por cierto, figura como terminación en muchos de los teléfonos de los extranjeros que viven en China.
Esta superstición alcanza niveles institucionales. Por ejemplo, los Juegos Olímpicos de Beijing, que se inauguraron un 8 de agosto (el mes ocho) del 2008 –evidentemente la elección del año fue una casualidad beneficiosa para China- lo hicieron a las 08:18 de la mañana.
Este “juego” de números es también muy importante a la hora de decidir la fecha de una boda o de la inauguración de una tienda. No son muchos los que quieren casarse o celebrar su boda un día 4 o 14;  y una nueva tienda es muy probable que espere al día 18 para abrir sus puertas al público.

Si tenemos en cuenta que en el idioma chino los meses no tienen nombre, siendo Enero el “mes 1” hasta llegar al “mes 12” en Diciembre; y que el orden como se indican las fechas es año-mes-día, creo que se comprenderá mejor por qué el 4 de enero, 14 de enero, 1 de abril, 14 de abril, o 14 de mayo del 2014 son fechas “malignas”.

Todo en este país tiene por lo menos dos caras, como una moneda. Así, si bien muchas de las fechas del 2014 no son muy positivas, el hecho de estar ahora en el año del Caballo, según el calendario tradicional chino, y de que el próximo sea el de la Cabra –considerado como “malo” por muchos- está incrementando el número de embarazos y se prevé una caída en la tasa de nacimientos para el próximo año nuevo.
Artículo publicado originalmente en Global Asia

21 marzo, 2014

Homenaje a María Lecea; el idioma español en China; exilios y desexilios

Creo que ha sido un gran acierto de la Embajada de España en China la reciente organización de un acto de homenaje a María Lecea, una de las pioneras de la enseñanza del español en la República Popular, a quien tuve el privilegio de conocer en su segunda etapa en Beijing, entre 1984 y 1989. Lamentablemente no pude estar presente en el acto, en el cual además se anunció que el Centro de Recursos de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Embajada  llevará el nombre de esta española, que junto con su esposo, Ataúlfo Melendo, llegó a la capital china en 1955.

Después de varias búsquedas sin éxito en internet sobre este acto, por suerte me encuentro con la crónica de Rita Alvarez Tudela en ARNDigital “Homenaje en Pekín a María Lecea, pionera de la enseñanza del español en China.

Con honrosas excepciones, la historia de cómo el español entra en la República Popular es uno de los tantos temas de China sobre los cuales la información disponible es casi inexistente, y del cual poco se habla en la infinidad de seminarios, cursos, artículos y conferencias que se dan sobre el país asiático.

En los últimos años el Instituto Cervantes, las embajadas de España y de los países latinoamericanos de habla hispana, y diversas instituciones oficiales y privadas del mundo hispanoparlante –así como el gobierno de China y organismos como los Institutos Confucio o los Centros Culturales- están realizando una labor muy importante para acercar cada vez más a estos dos mundos, tan lejanos –no tanto geográfica como culturalmente.

Sin embargo, creo que no hay que olvidar los orígenes; y si en China ya en 1953 –sólo cuatro años después del establecimiento de la República Popular, y en un país que recién comenzaba a recuperarse de décadas de guerras, hambrunas y sufrimientos de todo tipo- se empieza a estudiar la lengua de Cervantes es gracias a la iniciativa y decisión del gobierno chino, en particular del Primer Ministro Zhou Enlai, a la acción individual y sacrificada de un grupo de republicanos españoles, y de latinoamericanos, al esfuerzo de los primeros estudiantes, y a partir de los años 60 gracias también al gobierno de Cuba, y ya en los 70, al de México, Chile y otros países de América Latina.
Es a mediados de los años 50 y en los 60 cuando empiezan a llegar a China un grupo de exiliados  españoles –entre ellos Maria Lecea y su esposo- algunos provenientes de la URSS (como  ella mismo o el arquitecto Luis Lacasa) otros, como “Pepe” Castedo –a quien también tuve el privilegio de conocer en Beijing- desde Paris,  y de latinoamericanos de casi todos los países de la región, para trabajar como profesores universitarios y en los órganos de prensa gubernamentales, como Ediciones en Lenguas Extranjeras, la Agencia de Noticias Xinhua o Radio Pekin.

Sin embargo, es una chilena, Delia Baraona Lagos, esposa del pintor José Venturelli, la primera profesora extranjera de español en China.
Creo que también es de justicia mencionar el caso de los brasileños, portugueses e incluso creo que angoleños, en lo relativo al idioma portugués.
Ahora que es tan “fácil” ser amigo de China hay que recordar que en las primeras décadas después del establecimiento de la República Popular, cuando se la quería aislar internacionalmente, viajar a ese país estaba expresamente prohibido por muchos gobiernos, y el estar relacionado con China implicaba muchas veces persecución,  cárcel y “listas negras”.
Eran años difíciles desde todo punto de vista, -y pensar que ahora hay gente que se queja de las “dificultades” de la lejanía de China …- y muchos de esos “pioneros” tuvieron que vivir en China un exilio no exento de sacrificios.
Pero si exilio no fue fácil, lo que Mario Benedetti definió como el “desexilio” tampoco  fue un camino de rosas, lamentablemente, para María Lecea, “Pepe” Castedo, y muchos de los latinoamericanos que pudieron regresar a sus países cuando los cambios políticos lo permitieron.
Algunos de ellos fueron premiados –la propia María Lecea o “Pepe” Castedo, tanto por España como por China; y otros han quedado en el olvido. Pero los premios “no dan de comer”. Buscando en el cajón de los recuerdos me encuentro con una nota de Ramón Vilaró para El País de España del año 1986  donde la profesora española expresaba su deseo de poder recibir una pensión después de haberse dedicado a enseñar el español fuera de España durante, decía entonces, 42 años, aunque en la práctica fueron más ya que ella abandonó China en 1989.

Sinceramente no sé si al final se pudo arreglar el tema de la pensión.
En todo caso ojalá que este homenaje de la Embajada de España a María Lecea sirva para romper con esa especie de amnesia sobre este período tan importante, creo, para las relaciones entre España y América Latina por un lado, y la República Popular China por el otro, período que, en cierto sentido, sentó las bases de lo hoy son estas relaciones.
Viendo la poca reacción que el tema ha tenido en la prensa –salvo que yo no haya sido capaz de encontrar otras crónicas aparte de la citada en ARNDigital, en cuyo caso pido disculpas- no puedo más que continuar con mi pesimismo sobre el tema.



24 febrero, 2014

China: y la reforma también reformó el idioma

Si una persona que está estudiando chino, o lo ha estudiado en los últimos diez años; si un ciudadano chino de unos treinta años viajara ahora en un túnel del tiempo a la China de mediados de los años 70, no entendería gran parte de lo que escuchase o leyese, como tampoco le entenderían muchas de sus expresiones.
Creo que lo mismo pasaría si se  hubiese “congelado” a un ciudadano chino de la década de los 70 y se le despertara ahora dejándolo en una calle de Beijing.
Y es que las transformaciones que han tenido lugar en la República Popular en las últimas décadas, no sólo han cambiado la fisonomía del país, destacados aspectos de su sociedad y de la forma de vida de su población, sino incluso hasta la forma de hablar, de expresarse y la escritura.
Meses atrás tuve el honor de reflexionar en el Instituto Cervantes de Pekín sobre los efectos que la reforma y la transformación de China han tenido sobre su idioma; reflexiones hechas  pura y exclusivamente desde la perspectiva de un “usuario” activo del idioma chino desde hace casi cuatro décadas, por lo que por las dudas espero que los filólogos y "sinólogos" puedan perdonarme.
Estas reflexiones, además, están muy limitadas por el espacio y por la necesidad obvia de intentar explicar en español aspectos relacionados con el idioma chino.
Todos coincidiremos, creo, en que es ”normal” y “lógico” que un idioma evolucione y cambie a medida que se transforma la sociedad, y más en los tiempos actuales de globalización y de espectaculares avances en la informática y las telecomunicaciones. En el caso del chino, sin embargo, tenemos un elemento más, y es al que nos referiremos exclusivamente en estas reflexiones: los cambios que han tenido lugar como consecuencia directa de las reformas económicas y la apertura al exterior.
Entre esos cambios nos encontramos con palabras y expresiones que “desaparecen”, otras que surgen y también algunas que cambian de sentido. En cuanto a las causas de este fenómeno tenemos elementos políticos, económicos, sociales, geográficos y una combinación de dos o más de esos factores.
El idioma chino de la República Popular siempre ha estado, y lo está hasta el presente, impregnado de un vocabulario político que abarca casi todos los aspectos de la sociedad. Ahora tenemos, con el Presidente Xi Jinping la expresión “el sueño chino” (中国梦) (que se usa no sólo para la política sino hasta para el deporte); con Hu Jintao tuvimos la “armonía”  (和谐 ); previamente fueron  “las tres representaciones” (三个代表);  y en los años 70 se hablaba, entre otras cosas de “médicos descalzos” (赤脚医生),  "escuela de puertas abiertas” (开门办学) o “comunas populares” (人民公社) expresiones éstas que no sé cuántos ciudadanos del país llegan ahora a comprender.
Como consecuencia de los cambios económicos y sociales, han desaparecido, por ejemplo, los “cupones de cereales”  (粮票) o “cupones de algodón” (布票),  elementos fundamentales en la vida diaria de hace unas décadas atrás. De la misma manera, han surgido palabras y expresiones nuevas como “fin de semana” (周末), “bar” (酒吧), “cafetería” (咖啡厅);  y ahora es algo normal hablar de “descuentos” (折扣) , o “rebajas” (大减价), cosa que, aunque para muchos de los actuales visitantes de los mercadillos chinos parezca extraño, eran conceptos que no existían.
La vida en los 70 era más “comunitaria”. El “¿has comido?” , “¿vas a comer?”, “¿de dónde vienes?”, “¿a dónde vas?”, “¡qué tarde has llegado!” eran expresiones de uso “normal” cuando se encontraban dos conocidos, como ahora lo son el “hola”, “buenos días”, “buenas noches”  o incluso el “byebye” que tiene su propia transcripción china (拜拜)
En lo social también ha desaparecido la palabra “duixian” (对象) literalmente “objetivo”, para referirse a novio o novia. “¿Tienes “objetivo”?”  (*有对象吗?), “buscar “objetivo” (找对象) , eran expresiones muy comunes entonces y que ahora podrían resultar ridículas.
Desde hace años ya se usa con frecuencia  el tratamiento de “señor”, “señora”, “señorita” (algo impensable en los 70) en lugar de “camarada”, palabra que ha quedado limitada a los actos del Partido Comunista,  y que  tiene ahora una nueva acepción, la de “gay”:   existe una literatura, un cine “camaraderil”, si podemos usar esta expresión,  como sinónimo de “gay”.
Tenemos  también palabras que “han retornado” al lenguaje diario pero con otro sentido. Un ejemplo es el caso de tuhao  (土豪definida originalmente como “déspotas locales” por Mao y por las recientes ediciones de diccionarios chinos,  pero que ahora se usa de forma, entre envidiosa y despectiva, como sinónimo de “nuevo rico” o “rico sin cultura”; tanto como sustantivo como adjetivo.
Uno de los mayores cambios en el idioma chino, sin embargo, se produjo como consecuencia del establecimiento de las primeras Zonas Económicas Especiales, cercanas a Hong Kong, Macao y Taiwán y la consecuente llegada de empresarios chinos de esos lugares. Ello originó en mi opinión dos fenómenos muy importantes.
En primer lugar, significó el “regreso” a China continental de los llamados caracteres tradicionales. En los años 50 el gobierno chino simplificó un número importante de caracteres y de trazos en la escritura, creando los llamados caracteres simplificados, mientras que otros territorios chinos no controlados entonces por el gobierno de las República Popular no aplicaron ese sistema y siguieron usando lo que se conoce como “caracteres tradicionales”.
Desde la entrada de inversores de Hong Kong y Taiwan, aunque la escritura oficial en China continental es la de los caracteres simplificados, éstos conviven  –en nombres de tiendas y edificios, en catálogos, en tarjetas de visita y un largo etc.-con los tradicionales. Si Deng Xiaoping habló de “un país, dos sistemas” para referirse a la relación entre China continental y Hong Kong, en el caso de la escritura me atrevería a decir que tenemos “un idioma, dos escrituras”.
El segundo cambio importante fue la introducción en el lenguaje diario, coloquial y oficial en  China continental de palabras típicas de Hong Kong y Taiwan. Así los Edificios de Oficina (办公楼) se convirtieron en “Edificios de Escribir” (写字搂);  las grandes tiendas (“grandes edificios de cientos de productos” o 百货大楼) pasaron a ser “centros de compras” o  购物中心;  los edificios pasaron a ser “torres” o 大厦 (aunque no tengan ni 5 pisos), y así un largo etc. Cambiaron los nombres de cosas como los taxis, autobuses, lavabos,  o el uso de expresiones como “la cuenta,  por favor”.
Por último, fue muy significativo el que se comenzaran a usar siglas del inglés en el lenguaje escrito, para expresiones que ya tenían su definición y se usaban perfectamente en chino. Así, es corriente encontrarse ahora en periódicos de la República Popular con siglas como “GDP”, “CPI”, “IPO” para referirse a definiciones económicas que siempre tuvieron su correspondiente expresión en chino.
Si a todo esto le agregáramos factores como las diferentes formas de hablar entre una generación y otra, o los efectos de la “revolución digital” en las comunicaciones, nos encontraríamos con cambios mucho más profundos entre el idioma chino que se utiliza hoy y el que me tocó empezar a estudiar a mediados de los años 70.
Al mismo tiempo, y como insisto cada vez que me refiero a esa realidad tan complicada que es China, donde nada es completamente blanco o negro, en medio de estos tremendos cambios idiomáticos, hay expresiones que siguen siendo iguales a las de los años de Mao. Así, por ejemplo, los discursos de los líderes son siempre “importantes discursos”; las bienvenidas son siempre “calurosas”; las visitas son en su mayor parte “amistosas”, y las reuniones se inauguran siempre de forma “solemne” y se clausuran de manera “victoriosa”.

Resultado de una charla dada en el Instituto Cervantes de Pekín en el año 2013
Publicado originalmente en "Reflexiones Orientales" en febrero del 2014