Con motivo de la visita a China del canciller uruguayo, Mario Lubetkin, me gustaría reflexionar sobre las relaciones y la presencia de Uruguay en la República Popular en los últimos años.
Durante mi última visita a Beijing me quedé gratamente
asombrado al ver un restaurante lleno de comensales chinos saboreando carne
uruguaya. Yo era el único extranjero entre decenas de clientes de todas las
edades, en pareja, o en grupos de lo que parecían ser amigos o compañeros de
trabajo.
Quizás, porque pronto se cumplirán 50 años de mi llegada a Beijing, estoy un poco más sensible y me alegra y emociona ver la activa presencia de Uruguay, sus productos, su cultura, en un país en el cual, cuando llegué con mi familia, fuimos durante años los únicos uruguayos entre cientos de millones de habitantes.