05 agosto, 2018

Verano en Beidaihe - Donde se decide el futuro de China

A pesar de las espectaculares transformaciones que han convertido a China prácticamente en "otro país" en relación al que conocí cuando llegué hace más de cuatro décadas, hay cosas que no cambian y  siguen siendo igual a lo largo de los años: una de ellas es la reunión que la dirección del Partido Comunista realiza todos los veranos en el balneario de Beidaihe


Alejados del agobiante calor de la capital, y en medio de la mayor privacidad, es allí, y no en los Congresos del Partido o las reuniones del Parlamento, donde se definen las grandes y decisivas políticas de China y donde han tenido lugar acontecimientos muy importantes en la historial del país. Alguna de las excepciones han sido cuando han tenido lugar acontecimientos imprevisibles y excepcionales, como por ejemplo la caída de la llamada "Banda de los Cuatro", o los acontecimientos de la Plaza de Tian´anmen en junio de 1989. 

Habiéndome criado a cien metros del Río de la Plata ("río ancho como mar") una de las cosas que más extrañé al llegar a Beijing fue la falta de mar. Por suerte, el "Buró de Expertos", del cual dependía mi familia, tenía a unos 300 kilómetros de la capital un hotel especial en esa localidad, conocida entonces como Peitaije, para pasar las vacaciones de verano.


Poema de Mao Zedong "Beidaihe"

Así fue como "descubrí" Beidaihe, tras un viaje en tren de unas seis horas desde Beijing, y cuando llegué a la estación junto con mi familia el olor del mar me produjo una de las mayores sensaciones de felicidad desde mi llegada a China.

Entonces, tenían acceso a ese balneario los máximos dirigentes del Partido y del Gobierno; los "expertos", y los diplomáticos extranjeros que contaban también con un hotel especial.

Los principales ministerios y organismos centrales tenían también en Beidaihe sus hoteles, villas y centros de descanso.

El poblado era muy pequeño pero tenía cosas interesantes, como por ejemplo una llamada "heladería alemana", cuyo nombre no recuerdo, a la cual íbamos a comer unos helados que no existían en Beijing.

Y es que Beidaihe ya era un balneario "especial" casi desde finales del siglo XIX, a donde acudían los pocos diplomáticos de entonces basados en Beijing y Tianjin y miembros de la clase alta china.

Otras característica de Beidaihe eran sus cangrejos; y los trenes regresaban a la capital con los pasajeros cargados de bolsas de ese animal que no me gustaba y por lo tanto me molestaba su olor.

Cerca de Beidaihe estaba la ciudad de Qinghuangdao donde se encontraba "el primer paso debajo del cielo", comienzo o final, según se mire, de la Gran Muralla.

La playa me decepcionó un poco, viniendo de Montevideo, y me asombró ver que lo que hacían los ciudadanos chinos era caminar, muy temprano por la mañana y a última hora de la tarde, a la orilla del Mar de Bohai. Cuando el sol se ponía fuerte la mayor parte de los ciudadanos chinos "desaparecían" y los pocos que quedaban, en especial las mujeres, iban con paraguas o sombrillas para cubrirse del sol, ya que, como "aprendí" más tarde, la blancura de la piel era para los chinos sinónimo de belleza. Por el contrario, los extranjeros disfrutábamos tirados al sol.

Con el paso del tiempo fui "descubriendo" la importancia política de Beidaihe, donde en las reuniones estivales, se tomaban decisiones muy importantes para la política futura de China que luego, en septiembre, y antes de la fiesta nacional del 1º de Octubre, se plasmaban en las reuniones oficiales del Comité Central del Partido o de la Asamblea Nacional Popular, en muchos casos reuniones secretas de las cuales se tenía noticia una vez finalizadas, a través de los comunicados que se emitían, en muchos casos el 30 de septiembre.

Mao era, en cierta medida, un "enamorado" de Beidaihe y llegó a dedicarle en 1954 un poema que terminaba con las siguiente estrofa:

Hace ya más de mil años,
el Emperador Wu de Wei , agitando su látigo,
vino al Este, hasta Jieshi, y dejó su poema.
El viento del otoño suspira hoy, como entonces,
¡Pero el mundo es otro!

A Beidaihe no sólo van los principales dirigentes del Partido y del Gobierno, sino muchos otros funcionarios de alto rango, así como veteranos dirigentes ya jubilados o alejados de la política. Así, aparte de las reuniones oficiales, tienen lugar una serie de encuentros "paralelos" entre dirigentes y entre éstos y algunos de los veteranos retirados. También es una realidad que las diferentes facciones del Partido tratan de montar, en algunos casos, sus intrigas, o intentan imponer sus posiciones.

También en más de una oportunidad, Beidaihe fue sede de encuentros oficiales públicos con dignatarios extranjeros que visitaban el país.

Por poner sólo un ejemplo de su importancia, fue allí donde en 1958 se toma la decisión de lanzar "El Gran Salto Adelante" política económica para intentar transformar a China en una potencia industrial, a base de producir la mayor cantidad de acero posible, y colectivizar su agricultura con el establecimiento de las "Comunas Populares" en el campo. Este movimiento termina en 1961 en medio de un fracaso.

Uno de los acontecimientos políticos más importante de la historia de China reciente tiene lugar en Beidaihe en el año 1971. A principios de septiembre de ese año Lin Biao, el "sucesor oficial de Mao" y creador del famoso "Libro Rojo", intenta salir del país con su esposa -Ye Qun-, su hijo -Lin Liguo, oficial de alto rango de la Fuerza Aérea- y otras personas, desde el aeropuerto militar de Qinhuangdao, cerca de Beidaihe.

La versión oficial es que Lin Biao -muchos indican a su hijo Lin Liguo como el principal responsable- había organizado un plan, conocido como "Plan 571" (las palabras 571 tenían en chino el significado de "rebelión armada", 武起义) para dar un golpe de Estado y asesinar a Mao Zedong.

Al ser descubierto y desenmascarado por Mao, Lin y su familia intentan huir a la URSS, pero su avión, que no tenía suficiente combustible, cayó en territorio de la República de Mongolia, siempre según la versión oficial china. ¿Es verdad que se quedó sin combustible? ¿Fue derribado por aviones de la Fuerza Aérea china? ¿Cómo Mongolia -aliado incondicional de la URSS, con la cual China estaba enfrentada entonces- no "detectó" la entrada del avión en su espacio aéreo? Son preguntas que, quizás debido a mi ignorancia, no sé si han tenido o tendrán algún día una respuesta oficial.

En todo caso, la historia se repite y este verano en el hemisferio norte, ya ha comenzado la reunión anual de Beidaihe, que en mi opinión será una de las más importantes y conflictivas de los recientes años en la política china.

Esta es la primera vez que los actuales y antiguos dirigentes, así como otras personalidades del Partido, se reúnen tras el XIX Congreso del P.C.Ch. de Octubre del 2017, cuando se incluye el "pensamiento de Xi Jinping" en los Estatutos, y también después de la sesión de la Asamblea Popular Nacional (APN) del mes de marzo que eliminó de la Constitución el límite de dos mandatos consecutivos de cinco años para el Presidente de la República.

Diversos acontecimientos de los últimos meses indican que las aguas no están tranquilas dentro del Partido Comunista y han tenido lugar acontecimientos "raros" en la prensa oficial china. El mismo Xi Jinping estuvo "desaparecido" de la portada del Diario del Pueblo unos días y este periódico, en su página web llegó a publicar un artículo donde recordaba cómo dentro del Partido se había criticado entonces el culto a la personalidad de Hua Guofeng ("sucesor" oficial de Mao tras su muerte en septiembre de 1976). El artículo desapareció de la página web a los dos días.

También he visto algún titular donde se mencionan las "instrucciones", y no "importantes instrucciones" como manda la tradición, de Xi Jinping en el reciente escándalo de las vacunas defectuosas fabricadas en Changchun y en Wuhan. Parece existir un gran descontento en parte de la población, y podríamos estar ante una situación que Mao definió como "una sola chispa puede incendiar una pradera".

El entorno internacional tampoco es muy favorable para el Gobierno chino, debido entre otras cosas, a la "guerra comercial" con EE.UU. Existirían en este sentido voces críticas contra la actitud "dura" de Xi Jinping, aunque al mismo tiempo también se rumorea que el actual dirigente chino habría ordenado bajar el tono de las críticas contra Washington.

En todo caso, como indicábamos, la estancia en Beidaihe se presenta complicada. No sabemos que podrá pasar -yo por lo menos no lo sé- pero me temo que será otra de las reuniones más importantes que han tenido lugar en el balneario en la historia reciente de China.

@PabloRovetta

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