20 mayo, 2017

El proyecto chino de "las rutas de la seda" y España - Algunas reflexiones

Es ya por todos sabido que el pasado 14 y 15 de mayo tuvo lugar en Beijing una gran Conferencia sobre la iniciativa china de las Rutas de la Seda a la cual asistieron Jefes de estado y de gobierno de 39 países, altos funcionarios de otros, y representantes de las principales organizaciones internacionales como la ONU, el Banco Mundial, el FMI, etc. Entre ellos, y de nuestro mundo hispanoparlante, la representación al máximo nivel fue la del Presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y el Presidente argentino, Mauricio Macri. 


No voy a analizar todo lo que hay detrás de lo que en chino se conoce como 一带一路 (yidaiyilu), y que de forma muy simple podemos decir que se trata de volver a lanzar lo que en la antigüedad fueron las antiguas rutas de la seda, por tierra -atravesando Asia Central- y por mar, pasando por Filipinas, que llegaban o partían de China. Hay teorías al respecto para todos los gustos y se han escrito ríos de tinta sobre el tema.

Sí me gustaría reflexionar brevemente sobre los siguiente aspectos:

1. El yidaiyilu en la China actual lo es todo, todo gira en torno a ello: por supuesto la economía, la política, pero también la música, la literatura, la gastronomía, y un largo etc. Algunos me llamarán exagerado, pero después de estar días leyendo la prensa local, mirando la TV y escuchando la radio, no ha habido nada que no haya estado relacionado con el yidaiyilu. También lo es todo geográficamente, si no fuese así, no se explicaría para mí la presencia de países como Chile o Argentina, por ejemplo; la invitación a los Estados Unidos; los acuerdos con Nueva Zelanda, la presencia de Corea del Norte y otra serie de países que nunca tuvieron que ver con las Rutas de la Seda. O sea que el yidaiyilu abarca o intenta abarcar al mundo entero.

2. El yidaiyilu es una iniciativa China, impulsada personalmente por su máximo líder Xi Jinping y con un extraordinario apoyo financiero chino. A pesar de las diplomáticas y bonitas palabras de sus dirigentes, la República Popular será la que más tenga que ganar en este proyecto, lo cual por otro lado, y analizado fríamente, no es algo para asombrarse o extrañarse.

3. Personalmente pienso que algunos países y empresas saldrán beneficiadas de esta iniciativa, sobre todo cuando se trate de países donde puede haber una complementariedad con China. Dicho de manera simple: yo tengo recursos energéticos o de otro tipo que China necesita, y a su vez necesito ayuda financiera y material para desarrollar mis infraestructuras, mi economía, mi comercio. O yo ocupo una posición geopolítica de utilidad para China. 


El Presidente de Gobierno español Mariano Rajoy con el Presidente chino Xi Jinping

4.Ese no es el caso de España, en mi modesta opinión, ya que más que complementariadad lo que puede existir es competencia. Desde el Presidente del gobierno español, su Ministro de Infraestructuras y la mayoría de la prensa española, intentaron "vender" en China las virtudes de las empresas españolas de infraestructuras. "España es una potencia de primer orden en infraestructuras", y el yidaiyilu "beneficiará a las empresas españolas porque a la hora de crear infraestructuras están a la cabeza del mundo", fueron algunas de las frases que se oyeron esos días en Beijing También que España es la segunda potencia mundial en trenes, sector en el cual la primera potencia es .... China.

Creo que nadie pone en duda el importante papel de las empresas españolas en el sector de las infraestructuras. De la misma manera creo que nadie con un poco de conocimiento de China o que haya viajado por este país ponga en duda la capacidad China en este sector.  En este sentido China ya es y será entonces una competencia de España en infraestructuras, incluido el sector de los trenes de alta velocidad, China ya está mostrando ese poderío en Asia Central, en el Sudeste Asiático y hasta en países industrializados como Canadá, por no hablar de sectores muy avanzados tecnológicamente como la energía nuclear, donde ya ha comenzado a construir una central en el Reino Unido y acaba de firmar acuerdos para construir dos más en Argentina.

Es verdad que hay empresas españolas, como de otros países, que están trabajando en la zona del Golfo desde hace años junto con empresas chinas, en especial en el sector de la construcción. También es una realidad que en sectores con un componente tecnológicamente avanzado, los clientes pedirán a las empresas chinas que se busquen un socio occidental para hacer el proyecto de forma conjunta, con la responsabilidad de la empresa occidental. Ese es un terreno que aún tiene recorrido, aunque a mediano o largo plazo, las empresas chinas comenzarán a actuar por su cuenta y competirán con las españolas. Pasó hace tiempo atrás con países como Japón o Corea del Sur.

Quizás "se salven" en el mundo occidental en general aquellas empresas que ya tengan una relaciones muy estrechas, estratégicas, dilatadas, con empresas chinas; o aquellas que puedan aportar por el momento un elemento diferenciador, un valor añadido. 

Para guardar las formas y evitar las críticas, es probable que China abra las puertas a la participación de empresas extranjeras en el sector de las infraestructuras o el ferroviario; pero al final la financiación y el precio inclinarán la balanza a favor de las de la República Popular.

Espero sinceramente equivocarme en este análisis.

El Presidente del gobierno español habló también de que la iniciativa del yidaiyilu puede ser bueno para unir la cultura, la educación, las lenguas y el deporte, y fomentar el turismo. Aquí creo que, si las cosas se hacen bien, las oportunidades para España pueden ser más optimistas.

Creo que el Presidente del gobierno español hizo bien al participar en la conferencia del yidaiyilu. Sin embargo también pienso que es hora de poner los pies sobre la tierra, y con la mente fría, analizar de forma profunda y seria qué es de verdad lo que puede sacar de bueno España y sus empresas de esta iniciativa china y trabajar con un plan a largo plazo en este sentido. Aquí es donde, lamentablemente, vuelvo a ser pesimista.

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