Antes de empezar, y para evitar malas interpretaciones, quiero dejar claro que pienso que España es un país maravilloso, con gente encantadora. Lo digo porque muchos dicen que no hago más que criticar a España. No critico al país, critico muchas de sus políticas. Décadas atrás había una publicidad en el exterior que decía, en inglés, "España es diferente", destacando las virtudes del país para atraer turistas.
Lamentablemente, y como casi todo en la vida, hay dos caras en una moneda. Y en el caso concreto de las relaciones con China, la posición de las diferentes administraciones españolas, han sido y son, por decirlo con educación, por lo menos decepcionantes, nada más ni nada menos que después de 45 años de relaciones diplomáticas.




