Recientemente estuve leyendo el libro "El respeto y garantía de los derechos humanos", del presidente chino Xi Jinping, y si tuviera que resumir y destacar en una sola frase la esencia de su mensaje, es que "el socialismo no es pobreza".
Y Xi Jinping puede hablar con propiedad ya que China ha sacado de la pobreza en los últimos años a cientos de millones de personas, y el nivel de vida de su población ha mejorado de forma espectacular, y yo como testigo directo del desarrollo del país en el último medio siglo de vida, he podido verlo con mis propios ojos.
No puedo extenderme mucho, pero podría relatar, hasta los detalles más pequeños, cómo vivía un ciudadano chino 50 años atrás, cómo fue cambiando su vida desde entonces y cómo vive ahora.
La clave de cómo luchar contra la pobreza, para el líder chino, está en "crear recursos para el desarrollo" y "un desarrollo centrado en el pueblo". Y esa es también, para mí, una de las claves del éxito de China.
El crecimiento de la economía china, de su Producto Interior Bruto (PIB) ha sido espectacular durante décadas. Yo no soy economista, pero, a esta altura de mi vida he visto, lamentablemente, cómo en muchos otros países con altas tasas de crecimiento del PIB, la vida de su población no sólo no ha mejorado, sino que, o se mantiene igual o está cada vez peor.
Hay muchos países con tasas de crecimiento del PIB altas, o con un crecimiento continuo, pero en los cuales. sin embargo, ese crecimiento económico no se traduce en una mejora en la vida de sus ciudadanos, o de la gran mayoría de sus ciudadanos. En muchos de ellos, a pesar del crecimiento de la economía, se siguen manteniendo, y en algunos casos, se agravan los problemas de miseria y pobreza de su población.
Podemos ser testigos de muchos casos en los cuáles, organismos internacionales y ONGs se dedican a hacer donaciones monetarias y materiales y proporcionar ayuda humanitaria para esas zonas de mayor pobreza, pero pasan los años, las décadas y la situación sigue sin mejorar. Es como intentar curar un cáncer con una aspirina. Ultimamente existe la tendencia de poner un impuesto a los más ricos o a las grandes empresas para intentar resolver el problema, pero me temo que ahí no está la solución.
El camino de China fue diferente y efectivo ya que ligó la lucha contra la pobreza con la creación de recursos para el desarrollo, construyendo infraestructuras y creando condiciones para que la población de esas zonas pobres pudiera emprender una vía de desarrollo que las sacara de la miseria. En lugar de limitarse a dar dinero, vestimenta, alimentos y ayuda humanitaria a los más desfavorecidos, se puso el énfasis en crear condiciones para que esas zonas pobres pudieran desarrollarse; proporcionando electricidad y agua potable allí donde no la había, construyendo carreteras, puentes y otras infraestructuras, mejorando las telecomunicaciones, con un transporte público eficiente, dando acceso a la enseñanza y a la asistencia médica y un largo etcétera.
“La vida feliz del pueblo es el mayor de los derechos humanos”. Esto implica, siempre según Xi Jinping, que la gente viva mejor, que después de haber resuelto los problemas de alimentación y de vestimenta pueda aspirar a trabajos más estables, ingresos más satisfactorios, una seguridad social más garantizada, servicios médicos y sanitarios de mayor nivel, a una mejor educación, sustento en la vejez, condiciones habitacionales más confortables, y un ambiente menos contaminado, para que sus hijos puedan crecer, trabajar y vivir mejor. ¿En cuántos países del mundo podemos ver mejoras de este tipo? Incluso en los países desarrollados de Europa estamos siendo testigo de un retroceso en estos aspectos.
La prosperidad común es otra de las claves que explica muy bien Xi Jinping en su libro, cuando dice que “no permitiremos que se agranden las disparidades entre ricos y pobres, que vuelva a éstos cada vez más pobres y a aquéllos cada vez más ricos”.
Se trata de que los logros del desarrollo beneficien en mayor medida y de forma más equitativa a todo el pueblo con el fin de lograr la prosperidad común.
Eso implica crear un sistema de seguridad social que incluya seguro de vejez, seguro médico básico, seguro de enfermedades graves, seguro de desempleo y de accidentes laborales.
La mejora de las condiciones de vida de la población, pues, debería ser el objetivo principal entre los países del mundo, por lo menos en aquellos que se consideran "socialistas" o con gobiernos que se llaman "progresistas".
Tal como está la situación del mundo en estos momentos, con
millones de personas que pasan hambre -como consecuencia de
conflictos, o por causas internas en sus países-, con millones de niños que
viven en condiciones infrahumanas, con una pobreza generalizada, con problemas
de acceso a servicios básicos como el agua potable o la salud, con un deterioro en la calidad de vida de muchos países desarrollados, la solución de
estos problemas debería ser la prioridad de la sociedad.
China, lo ha conseguido, lo está consiguiendo, y está avanzando
cada vez más, sin olvidarnos que estamos hablando del segundo país más poblado del mundo. Y esa es la mejor muestra de que es posible.
Detrás de ese éxito de China ha estado y está el Partido Comunista, y en particular en los últimos años el presidente Xi Jinping avanzando en lo que ellos llaman “el socialismo con características chinas”.
Por muchas razones, ese “modelo chino” no es extrapolable, en la mayoría de los casos, a gran parte de los países del mundo.
Pero sí hay medidas, que si se cuenta con la voluntad
política, se podrían adoptar, tomando como modelo el ejemplo chino: en
concreto, que la lucha contra pobreza -en lugar de limitarse a ayudas financieras y materiales- se
centre en crear recursos para el desarrollo: electricidad, agua potable,
caminos, buen transporte, sanidad y educación básica.
Como dice un refrán español, en lugar de regalarle pescado a
una persona hambrienta, enséñale a pescar….y yo agregaría, dale condiciones
para que pueda vender su pescado.
Ya sé que estoy hablando de una utopía ya que eso es casi
imposible, por los intereses políticos y económicos que rigen el mundo actual.
En todo caso, el ejemplo del desarrollo de China en las
últimas décadas, y el papel jugado por Xi Jinping, merecería, en mi opinión, ser estudiado en los institutos superiores de Ciencias Sociales.
Soy consciente de que estoy tratando un tema que puede crear muchas polémicas, pero, como indico en la presentación del blog, esta página pretende reflexionar, contar, compartir pensamientos, historias y experiencia de China, de ayer y del presente. Y así, como en otros casos, lo hago.
@PabloRovetta
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