25 julio, 2021

El caso de Nicaragua y sus relaciones con Taiwán

Como en tantos otros aspectos de la política, en la diplomacia se ven a veces extraños compañeros de viaje. El gobierno nicaragüense de Daniel Ortega, en este sentido, es un buen ejemplo de ello, por su amistad con Tsai Ing-wen y su negativa a reconocer a la República Popular China.

Nicaragua tiene el extraño "honor" de pertenecer al grupo de quince Estados que en el mundo de hoy aún mantienen relaciones diplomáticas con la llamada República de China, cosa que no hacen ninguno de sus principales aliados ni los gobiernos que más apoyan al régimen actual de Managua.


Tsai Ing-wen junto a Daniel Ortega en la toma de posesión de 2017

A los pocos meses después de la llegada al poder, tras un proceso electoral, del primer gobierno Sandinista, Nicaragua estableció relaciones diplomáticas con la República Popular China en diciembre de 1985.

Se trataba del primer país de América Central que daba ese paso, y lo hizo antes de que -en América Latina- Uruguay, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y El Salvador reconociesen a la República Popular como al único representante de China en el mundo.

Posteriormente, con la llegada al poder de la oposición, liderada por Violeta Chamarro, en 1990 el gobierno de Managua rompe sus relaciones con Beijing y las vuelve a establecer con la isla de Taiwán.

Tuvieron que pasar muchos años hasta que en el 2007 Daniel Ortega regresara al poder. Sin embargo, como tantas de otras cosas que el actual presidente de Nicaragua cambió en relación a lo que fueron los primeros años del Sandinismo en el gobierno, el mandatario decidió mantener los lazos oficiales con Taiwán.

Creo que es importante recordar que, el reconocer o no a la República Popular como el único representante legítimo de China, no tiene ninguna connotación ideológica.

La abrumadora mayoría de los Estados del mundo, independientemente del color político de los gobiernos que tienen en el poder, mantienen relaciones oficiales diplomáticas con el país asiático, que además desde hace varias décadas es miembro oficial de los principales organismos internacionales.

En la actualidad, solamente 15 estados en el mundo reconocen a la llamada "República de China".  Dicho con respeto, creo que los lectores de estas reflexiones -al igual que yo- serían incapaces de localizar en un mapa y/o mencionar las capitales de la mitad de esos Estados, que son:


- Belice

- Guatemala

- Haití

- Honduras

- Paraguay

- Nicaragua

- San Cristóbal y Nieves

- Santa Lucía

- San Vicente y las Granadinas

- Islas Marshall

- Nauru

- Palaos

- Tuvalu

- Esuatimi

- El Vaticano


Desde el año 2007 el gobierno de Daniel Ortega mantiene unas estrechas y cordiales relaciones con Taiwán, de quien ha recibido todo tipo de ayuda, incluida militar. Uno de los últimos ejemplos fue la presencia de Tsai Ing-wen en la tercera toma de posesión de Daniel Ortega en el año 2017.

De esta manera, Tsai Ing-wen compartió mesa en dicha ceremonia con los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Bolivia, Evo Morales. 

En más de una oportunidad Daniel Ortega ha defendido "el derecho" de Nicaragua a tener relaciones con "las dos Chinas", y llegó a decir que  “debemos agradecer a quienes ayudan a un pueblo con necesidades”, refiriéndose a la ayuda que ha ofrecido Taiwán, particularmente.

La relación Nicaragua-Taiwán no deja de ser, en este sentido, extremadamente kafkiana. El principal apoyo que tiene "el Comandante Daniel Ortega" -como le llaman sus principales aliados- en lo ideológico y político son Cuba, Venezuela, Bolivia y otros de los llamados "gobiernos progresistas" de la región.

Sin embargo, a diferencia del de Managua, todos esos gobiernos mantienen, a su vez, estrechas relaciones políticas y económicas con la República Popular China -al igual que los otros del continente con gobiernos de otro signo político-.

Y al mismo tiempo, aparte de esos quince estados -entre ellos Nicaragua- Taiwán recibe un apoyo cada vez mayor en lo militar y lo político por parte del gobierno de EE.UU., siendo esta una de las causas principales de la tensión que se vive entre Washington y Beijing.

Tenemos así por un lado una línea  Washington-Taipei-Managua, conviviendo con otra de Managua-Taipei-La Habana. Aquí no se puede aplicar aquello de que "los amigos de mis amigos, son mis amigos".

Si hay un caso donde se puede demostrar la cuadratura de un triángulo creo que el de las relaciones Nicaragua-Taiwán es el mejor ejemplo. 

@PabloRovetta


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